Boletín CCP
Nº 229
Una
explicación de ¿por qué en la Argentina también a triunfado el
"izquierdo-progresismo" o "marxismo cultural" de la mano de la Escuela
de Frankfurt ?
y ¿por
qué en la Argentina la llamada "derecha" (liberal) es culturalmente
marxista y anticristiana, y en economía neo-liberal?
Hace casi 11 años (Patria Argentina
de mayo de 2006; N° 222, Pág. 7) cuando publiqué el artículo “El
Imperio Conquistado”, me pareció una novedad y una audacia
intelectual calificar de ese modo a Estados Unidos, dado que –
si bien existía bibliografía que permitía fundamentar esta afirmación – eran
pocos los autores que se atrevían a expresarse de ese modo sobre la primera
potencia mundial y menos en un país subordinado cuyas clases dirigentes han
estado subordinadas intelectualmente desde hace décadas, particularmente
desde la “Derrota de Malvinas” (1982).
En la Argentina, para el público supuestamente nacionalista y
mucho más para el hombre común resultaba algo poco creíble y casi imposible
que esta calificación pudiera ser aceptada y para quien sostuviera esa
ponencia era demasiado peligroso y políticamente considerado muy
incorrecto. Simultáneamente, en el mismo ejemplar presentamos, como
primicia en idioma castellano (Boletín del CCP N°116), una
selección de los textos principales del ensayo de los profesores
judíos-norteamericanos John Mearsheimer y Stephen Walt, el
trabajo académico producido por ambos titulado “El lobby de Israel y
la política exterior de los Estados Unidos” (The Israel Lobby and
U.S. Foreign Policy). A partir de entonces, esa fue la interpretación y
la concepción en política internacional, que hemos tratado de
difundir y explicar a nuestros compatriotas desde esta modesta publicación.
Toda una audacia para cualquiera que pretendiera expresarse públicamente y
no se identificara con el
“izquierdo-progresismo”.
(Versión en
PDF en Castellano e Inglés:
http://www.patriaargentina.org/-pa/2015/04/El%20Imperio%20Conquistado-2%20-%20Castellano%20e%20ingl%C3%A9s.pdf)

Más de seis años después, en el Boletín CCP N° 162 del
10 de noviembre de 2010, publiqué bajo el título “La
Revolución Cultural en la Argentina”, una serie de artículos
relacionados con la revolución cultural diseñada y conducida
por la denominada Escuela de Frankfurt. Fue el primer y creo
que hasta ahora el único intento de divulgar sistemáticamente en el país la
puesta en ejecución la idea primigenia que dio lugar a la fundación del
“Instituto para la investigación Social” (Institut für
Sozialforschung) - pronunciada por
Willi Münzenberg
(1923) -: “Corromperemos a Occidente hasta que apeste”. Todo
ello sin
descartar la influencia que eventual y muy aisladamente podría haber tenido
el ideólogo marxista italiano Antonio Gramsci, prácticamente
inexistente en nuestro país, dado la estricta obediencia Soviética-Stalinista
del Partido Comunista Argentino
(Versión en PDF:
http://sitio.patriaargentina.org/blog/wp-content/uploads-/2013/01/LA-REVOLUCION-CULTURAL-Boletin-CCP-Nro-162-Noviembre-2010.pdf)
Extraña paradoja, desconocida por la mayoría de los
argentinos, respecto a quien fue el real responsable ejecutivo del
surgimiento a la existencia del citado Instituto. En efecto, fue
creado y sostenido durante muchos años gracias al
financiamiento de Félix Weil, nacido en Buenos Aires e hijo
del rico empresario judío-alemán Hermann Weil, quien en 1898
constituyó su propia empresa de exportación de cereales, alcanzando a ser en
los años de 1930 una de las tres grandes cerealeras del país.
El triunfo de Donald Trump, a pesar de nuestra
posición de cautela y prevención respecto a su historia personal y actitud
política, renueva la actualidad operativa de la Escuela de Frankfurt
y nos pone frente a los desastrosos efectos que la difusión y propagación de
su prédica tuvo en la Revolución Cultural Norteamericana a
partir de los años de 1930 y particularmente desde el final de la II GM.
La entrevista realizada por Navarra Confidencial
a “Roniel Aledo, militar de EEUU y ex analista de la CIA”,
pone en valor el rol decisivo que ha tenido la Escuela de Frankfurt
como causal de una reacción cultural a su “imperio e influencia
intelectual indiscutida” sobre las élites estadounidenses en la
formación política, moral y filosófica de muchas generaciones de jóvenes
desde hace décadas.
El investigador e historiador norteamericano William S.
Lind (2007) aborda varios de los temas originados y desarrollados
por la Escuela de Frankfurt desde el “Marxismo
Cultural” – que en Argentina y en América del Sur y Central se
debería ser identificado más apropiadamente como el
“izquierdo-progresismo” , pasando por la “Corrección Política”
y el desarrollo de diversas técnicas y prácticas como la “Teoría
Crítica”, los “prejuicios”, la “dominación”,
el rol de los “medios de comunicación y de entretenimiento” y
la importancia significativa que se otorga al “homosexualismo”,
el “feminismo” y la “liberación sexual”. El
conjunto de todos estos desarrollos y otros tiene por objeto la destrucción
de la sociedad occidental tradicional para, en su reemplazo, materializar la
"revolución".
Lamentablemente, por razones económicas y secundariamente de
tiempo - para su traducción - resulta imposible sumar otros aportes
esclarecedores e importantes como la conferencia de William S. Lind
(2000) “Sobre los orígenes de la Corrección Política”, así
como también el artículo de
Tyler Durden
sobre “Cómo la Escuela de Frankfurt cambió a los
Estados Unidos”.
En el artículo "El
marxismo cultural: La corrupción de América", su autor Nelson
Hultberg transcribe las palabras
iniciales del periodista y político
conservador-tradicionalista Patrick J. Buchanan en la nueva
película de James Jaeger, “El
Marxismo Cultural: La corrupción de América”. Señala
que
Buchanan
es, como siempre, elocuente y patriota en su testimonio de la
degeneración actual de Estados Unidos: “muchos
de nosotros hemos nacido antes de los años de 1960 y el nihilismo espantoso
de esos años corresponde a lo que él señala con vehemencia. Hemos
crecido en una tierra muy alejada filosóficamente de los maldecidos Estados
Unidos que hoy en día sufrimos, y este hecho perturbador pesa mucho sobre
nuestros corazones y mentes”.
Buchanan
expresa:
"Estados Unidos
experimentó una revolución cultural, moral y religiosa. Un
secularismo militante surgió en este país. Esto
siempre ha tenido influencia en las élites intelectuales y académicos, pero
en la década de 1960 capturó a los jóvenes en las universidades e
institutos.
"Esta es la base de la gran guerra cultural en marcha...
Ahora somos dos países. Moral, cultural, social y teológicamente, somos dos
países. Las
guerras culturales no son algo que conducen a la coexistencia
pacífica. Prevalece
un lado u otro.
"La verdad es que mientras los conservadores ganaron la
Guerra Fría contra el comunismo político y económico, hemos perdido la
guerra cultural contra el marxismo cultural, que creo ha prevalecido en los
Estados Unidos. Ella
es ahora la cultura dominante. Mientras
que aquellos de nosotros que somos tradicionalistas, somos - si usted quiere
- la contracultura".
Simultáneamente, cabe preguntarse si el Presidente Donald
Trump representa genuinamente a esa mitad de Estados Unidos que reaccionó
contra el “robo cultural” de su país por la
Escuela de Frankfurt.
Todavía creo que es muy pronto para emitir una opinión
definitiva. A mi entender lo representa parcialmente en sólo algunos
aspectos: fundamentalmente en la supuesta defensa del “nacionalismo
económico y el consecuente proteccionismo”; el “tibio
aislacionismo que esboza, menos en lo que se refiere a su inquebrantable
alianza con el Estado de Israel” (ambas posiciones recomendados por
Lincoln y Washington en sus legados históricos, respectivamente); el
“anti multiculturalismo”; y la esperanzada reactivación de la
“grandeza norteamericana”.
Difícilmente un mercader o comerciante de oficio pueda ser
políticamente culto. Trump evidentemente no da muestras de
ello. Consecuentemente, es difícil que Trump pueda comprender
acabadamente y con razones profundas las denuncias de los males y de la
destrucción que la Escuela de Frankfurt infligió a sabiendas a
su país. Pero para esa mitad de los Estados
Unidos que lo votó, tal vez represente la última esperanza pacífica y
racional de que Estados Unidos restaure su identidad nacional que le fue
“robada”, por un factor extraño a su naturaleza. O bien, las élites
dominantes se decidieron transitoriamente permitir una teatralización de la
“reacción” contra el “Marxismo Cultural” y sus males colaterales, facilitar
su debilitamiento, para luego asentar un golpe final y definitivo a las
fuerzas tradicional-conservadoras que todavía subsisten y resisten.
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Miércoles 19 de ABRIL 2017
A 30 años de SEMANA SANTA de 1987
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