“Resistencia Civil y
“Abstención
Patriótica”
Por Santiago Roque Alonso
A pocos días de las elecciones, es
poco y nada lo que Patria Argentina
puede agregar a lo que pacientemente y mes a mes ha
estado realizando en su esfuerzo de esclarecimiento,
desarrollado
a partir del mes de mayo de este
año – con motivo del evento electoral - a través de
la publicación de numerosos artículos, proponiendo y
fundamentando la “Resistencia Civil o
Desobediencia Civil” y la
“Abstención Patriótica”
Sólo nos queda hacer una última
apelación al “sentido común” y a la
“sensatez” inspirado por el patriotismo
que aún pueda quedar en
cada argentino.
Desde hace más de 20 años estamos
empeñados en proponer la “Abstención
Patriótica” como la única forma práctica y
pacífica disponible – no violenta- de
“deslegitimar u originar una crisis política de
legitimidad”,
por la simple acción de
negarse a consentir y a
aceptar la obediencia pasiva de “votar”
(si se encuentra amparado en los eximentes de la Ley
Electoral) o, de lo contrario, a “anular el
voto” en forma voluntaria y por propia
decisión personal, manteniendo la particularidad que
rodea al “secreto” del sufragio.
Al no prestarse al carnaval
electoral, se le “quita racionalidad y
sentido” al subsistema “Electoral”,
el cual
opera como la esencia, la justificación y obra
como la columna vertebral del Sistema o
Régimen de dominación.
Ninguna publicación “nacional”
se ha ocupado de esta cuestión
teórica-practica tan prolongada, extensa y
profundamente como Patria Argentina.
Este es un mérito que modestamente se lo discutimos
a cualquiera.
Sin “electores” no hay
“voluntad general”.
Sin “voluntad general”,
deja de existir la “soberanía popular”,
la cual es el sustento ideológico-jurídico de esta
forma de gobierno y la “democracia”
pasa a ser una pura ficción idealista sin relación
alguna con la realidad, de forma tal que si se
llegase a configurar una situación de ese tipo, el
“gobierno de los gerentes” no puede
reivindicar la legitimidad que le proporcionan los
resultados electorales y su “legalidad”
será absolutamente abstracta.
Patria Argentina de octubre de 2015, Nº 325
La peor denuncia contra el
Sistema o Régimen
El señor Jorge Lanata –
al cual no nos une la más mínima afinidad ni
conocimiento en ningún sentido – en sus programas
“Periodismo Para Todos”
-
del 27 de
septiembre y 4 y 11 de octubre
-
develó a través de
las imágenes televisivas y testimonialmente la
naturaleza intrínsecamente perversa, corrupta y
corruptora del “sistema democrático”,
que es el núcleo del Sistema o Régimen de
dominación que nos ha sido impuesto a los
argentinos y que hemos aceptado pasiva y dócilmente,
y al cual nos prestamos voluntariamente cada dos
años.
En cuatro horas de programa
Lanata certificó y demostró prácticamente lo
que hemos fundamentado en los 13 artículos y notas -
publicados
en Patria Argentina
en el transcurso de los meses
previos - sobre la naturaleza y la mecánica de
funcionamiento del Sistema o Régimen de
dominación.
Patria Argentina
nunca lo hubiese podido hacer por falta absoluta de
dinero para financiarlo y si lo hubiera realizado,
ningún medio de comunicación hubiera permitido que
tremenda demostración de corrupción y de burla
colectiva
a la
dignidad de las personas pudiera ser visto por el
público.
En realidad, Lanata - por error,
porque se lo mandaron o por la causa que sea -
dejó desnudo al rey.
Lo normal hubiera sido que al día
siguiente el pueblo reaccionara o, para decirlo más
claro, se levantara indignado en Revolución.
Pero eso no ocurrirá, por más que aparezcan cientos
de “Lanatas” haciendo lo mimo,
simplemente porque el pueblo no advierte la conexión
entre “causa” y “efecto”
y, en consecuencia tampoco nadie
alerte
y enseñe
al pueblo sobre la conexión entre la
“corrupción moral y política” al que es
sometido
(y participa conscientemente), con el
Sistema o Régimen de dominación que, bajo la
forma de “instituciones legales”, lo
sojuzga y esclaviza desde hace décadas en nombre de
la “sagrada libertad” y de la
“santa democracia”.
Nada de eso ocurrió y es probable que tampoco ocurra
mientras el pueblo - el supuesto soberano - no
descubra la mencionada conexión de causa y efecto. Y
no ocurrirá porque las "plutocracias nacionales e
internacionales" ejercen el dominio absoluto de los
"medios de comunicación", a través del cual
controlan el Sistema o Régimen para su exclusivo y
excluyente beneficio.
Por otro lado, han dejado de existir las
"entidades políticas" y esa función ha sido
asumida de hecho por los "medios de
comunicación", con lo cual éstos
ejercen una verdadera dictadura que es inadvertida
por la población que sufre la expoliación.
En consecuencia se puede
concluir: que el
problema
argentino no radica
tanto en los hombres “como
en las instituciones -en una palabra- las cuales no
ofrecen a los gobiernos las garantías necesarias -me
explicaré- que no están en armonía con sus
necesidades”. “…repito no son los hombres - no en
los hombres es de donde debe esperarse el término de
nuestros males, el mal está en las instituciones, y
sí sólo en las instituciones”.
Un simple y sensato
diagnóstico de realismo político que expresó el
General José de San Martin hace 185 años,
pero que no fue divulgado y menos enseñado a las
juventudes argentinas y, lo que es peor, es
altamente probable que sea desconocido por el 99,99%
de los argentinos (San
Martin. “Su correspondencia (1823-1850)”; Museo
Histórico Nacional; 1919).
Mirar para otro lado
y persistir en el error
El último embajador norteamericano
ante el gobierno de Fulgencio Batista en Cuba
- Earl E.T. Smith - luego de ser
relevado como consecuencia del triunfo de
Castro y sus pseudos guerrilleros, declaró
ante la
Comisión de
Relaciones Exteriores del Senado de EE.UU.:
“Debido a que la democracia es
exitosa en los Estados Unidos, las personas
influyentes del Cuarto Piso del Departamento de
Estado creen que nosotros debemos trasplantar e
implantar nuestras ideas y nuestra forma de
democracia a la totalidad de las demás naciones,
muchas de las cuales no están todavía preparadas
para ello, y no les satisface ni les gusta nuestra
forma de gobierno. Después de todo, un pueblo tiene
el derecho a su propia forma del gobierno y a su
propio estilo de vida”.
(Earl E.T. Smith - último
embajador de USA en Cuba durante el gobierno de F.
Batista - en su obra “The Fourth Floor”; Random
House, Inc; New York; 1962; Pág. 119-120).
Esto es, precisamente, lo que
San Martín sentenció como la causa de
nuestros males ya en 1830. Sin embargo,
carentes de sentido común y de la mínima sensatez,
es lo que casi todos los argentinos siguen
aplaudiendo y deseando como su máximo bien, década
tras década, hasta que este parásito espiritual,
moral y mental termine matando definitivamente al
anfitrión que lo hospeda irresponsablemente. Y
así
la
Argentina desaparecerá
por su incuria y
corrupción.
Lamentablemente no hay muchas opciones, sino sólo
una, que es la misma que lo llevó a su
envilecimiento y esclavitud: que el argentino
recupere realmente la soberanía de su propia voluntad y por
una decisión libre, íntima y personal, se niegue a seguir
prestándose a la parodia de la "democracia" y a
formar parte del carnaval electoral, para lo cual
"no debe votar" (si la Ley lo exime) o "anular su
voto". "Votar en blanco" es continuar con más de lo
mismo, pero con mayor engaño.
Todas las argucias y argumentos de "voto útil",
"voto estratégico", "voto
inútil", "voto positivo",
"voto perdido", etc., son variaciones del
único canto de sirena engañoso y mentiroso que
utiliza el Sistema o Régimen de dominación
para inducir a los ciudadanos a que con su
voto legitimen, aprueben y le otorguen
consenso a su TIRANIA.
No se
engañe ni se desvele por la preocupación. Hay seis
candidatos presidenciales, de los cuales tres
son los favoritos. Pero aunque le juren lo
contrario, hay un "único modelo" de país desde
1853 (inclusive el del kirchnerismo): el de la Argentina tributaria del Poder
Mundial y del "Imperialismo Internacional del
Dinero". Todo lo demás es un
lindo cuento, con matices para engañar a la gilada.
No vote en blanco:
anule su voto
Dr. Carlos Marcelo Shäferstein
(Tº 5 Fº 314 C.P.A.C.F.)
Resulta importante que el lector
entienda que el 25 de octubre no se elige a nadie:
hay seis candidatos y un único modelo que continuará
vigente gane quien gane, cómo desde hace décadas.
Ningún argentino va a ser
representado por nadie. Para el aparato político
usted es una cosa. El ciudadano no existe. Apenas
somos habitantes de un territorio, para los
“candidatos” un mal necesario que deben
soportar, y seducir con engaños, cada cuatro años.
Los presidentes de mesa y, por sobre
todo, los fiscales de la mayoría van a
pretender siempre capitalizar los votos en blanco
y se los darán a Scioli, a Macri, o a quien
capitalice la mayoría. Los fiscales oficialistas,
que son multitud porque cobran bien, les dan una
buena comida, les pagan los traslados, etc…, tienen
por misión dilucidar si los votos son válidos o no.
El único instrumento que usted
dispone para que algo cambie y sea el principio de
la Reconquista de nuestra Patria es
“deslegitimar” al Régimen y al
“modelo”: el Sistema corrupto que nos
domina.
Recuerde que no debe concurrir al
sufragio, si está eximido; o hacerlo con el único
fin de que su voto sea nulo.
Si su edad es mayor de 69 años o menor de 18, no
tiene obligación de presentarse a votar. Entonces no
lo haga.
Sin embargo, si no tiene otra salida
que concurrir, recuerde que si usted no pone a
ningún candidato en el sobre es «voto en
blanco», ya que éste, según la
jurisprudencia, se computa como “voluntad de
seguir a la mayoría”, con lo que usted le
estará regalando el sufragio a cualquiera que salga
así sorteado.
El “voto en blanco” es
afirmativo, que es la segunda condición que
establece la Constitución para el recuento de la
elección presidencial. En el fallo 397/87
“Jorge Mera apoderado general lista Causa Radical
s/queja”, los camaristas sostuvieron que
"siendo entonces los votos en blanco jurídica y
políticamente válidos en tanto constituyen legítima
expresión de voluntad política, no existe razón para
que no deban computarse a los efectos de determinar
la base de la representación de las minorías".
Habría que concluir, entonces, que el “voto en
blanco” no es un voto "positivo",
a favor de un candidato, pero sí “afirmativo”,
ya que expresa una voluntad electoral.
La manera de evitar que usurpen su
voluntad, es presentarse a su mesa en el acto
electoral, ya que “votar” es una
obligación legal y no hacerlo puede traer
consecuencias en este sistema jurídico endeble, que
no ofrece garantías para nadie.
Luego coloque tres o cuatro boletas
juntas, ya que es la única forma en que las
autoridades de mesa no pueden presumir ni inferir su
conformidad con un candidato en particular.
De ese modo usted no será
“infractor a la ley electoral”, y habrá
cumplido con su “obligación cívica”,
evitándose eventuales inconvenientes.
Boletín CCP
Nº 213
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