PATRIA ARGENTINA SUPLEMENTO ELECTRÓNICO Director: Santiago Roque Alonso ¿QUE HAY REALMENTE DETRAS DE LA GUERRA CONTRA IRAK?
Se trata de la versión completa de dos artículos publicados en el reciente ejemplar de Febrero - Nº 183- que fueron integrados y reelaborados, con el objeto de dar una visión integral y ofrecer la VERDERA HIPOTESIS sobre las causas de la guerra que muy probablemente será desatada en días o pocas semanas y que afectará el futuro de la humanidad. Comprende una visión de la realidad, absolutamente ignorada por los medios de comunicación del establishment de dominación y por los sectores que dicen oponerse a la guerra. ¿No serán ambas partes manejadas por el mismo "titiritero", para FINALMENTE imponer una "única monea mundial"?
Buenos Aires, 24 de febrero de 2002 |
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Editorial
SEGUNDA
INDEPENDENCIA
Octavas
Jornadas sobre EL PODER DEL DINERO o IMPERIALISMO INTERNACIONAL DE LA USURA Expositor: Santiago Roque Alonso Comprenda por qué el "dinero" es el eje alrededor del cual gira el Poder Mundial y por qué "la moneda de pagos internacional", constituye una de las "causas reales" de la guerra contra IRAK Miércoles 5 y jueves 6 de Marzo de 17.30 a 21.45 Hs. Bartolomé Mitre 1618 Informes e inscripción: editorialsi@patriaargentina .org
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Primera Parte
DINERO
Y PODER MUNDIAL (1)
El
artículo debió continuar su desarrollo en los meses subsiguientes, pero
postergamos su aparición a la espera de que se presentaran elementos de
juicio que hicieran más fácil y concreta la comprensión de nuestra
concepción, respecto a cuál es la esencia del Poder Mundial en este
estadio de la civilización, así como demostrar algunos de sus
modos de acción operativos.
Sin
embargo, advertimos poca flexibilidad para analizar la situación actual
desde una perspectiva distinta a las categorías tradicionales, basadas
principalmente en la confrontación política-estratégica entre Estados
Nacionales. No es que neguemos la existencia e importancia de dichos actores
en el escenario internacional pero, a nuestro entender, la realidad indica
que necesariamente hay que colocar en el “orden de batalla” a
los grandes conglomerados internacionales financieros, productivos y de
servicios (multinacionales o transnacionales), considerándolas
independientes de los Estados.
1.
La “plutocracia” como actor de la política de poder
internacional
En
este punto es necesario ser más explícitos aún. Los gobiernos o entidades
políticas que administran los Estados Nacionales se encuentran
subordinados, en cuanto a la determinación de los grandes cursos de acción
políticos y estratégicos, al poder de los mencionados conglomerados
multinacionales o transnacionales, de diferente calidad y naturaleza.
Los
grandes conglomerados multinacionales o transnacionales no persiguen
objetivos políticos y estratégicos nacionales, sino de “política
mundial”, que ellos se auto imponen, sin ninguna intervención de los
pueblos donde residen. Consecuentemente sus objetivos, políticas y
estrategias son absolutamente de naturaleza privada, de interés particular
o responden a intereses de grupo.
Esa
es la razón por la cual no creemos en las “naciones o estados
occidentales”. Ellas son una mera máscara, una ficción legal
detrás de la cual operan los mencionados conglomerados privados, usando a
los políticos nativos o locales como meros mandatarios de sus deseos y
fines, a quienes subordinan y colocan a su servicio mediante la corrupción.
Es
mentira, también, que existan “democracias”. Lo que
existe es la forma más cruda y cruel de las “plutocracias u
oligarquías nacionales” (gobierno de los más ricos o de los que
más tienen, según conceptos semejantes definidos por Platón y Aristóteles)
– cada una con sus particularidades- absolutamente subordinadas a una “plutocracia
u oligarquía internacional”. En consecuencia, las rivalidades o
enfrentamientos, si son reales, no son entre estados o naciones, sino entre
facciones de la misma plutocracia internacional, que operan a través de los
estados subordinados a sus respectivas hegemonías.
2.
La “plutocracia financiera” en la dirección del Poder Mundial
Estas
conclusiones no son el producto de nuestra imaginación, sino que se
encuentran avaladas con toda claridad por expresiones de conspicuos miembros
de la “plutocracia u oligarquía internacional”. Tal vez,
el juicio más claro y serio entre muchos testimonios, hayan sido los del
profesor de la Universidad de Georgetown, Carroll Quigley – mentor y
protector intelectual del ex presidente Clinton en sus épocas de
estudiante- quien fuera el autor de la monumental obra “Tragedia y
Esperanza” (3), desconocida en los ambientes académicos
argentinos, y un “insider” del establishment anglo norteamericano. Según
su propia confesión, se le habría permitido consultar, durante dos años,
los archivos de grupos y logias secretas relacionadas con la mencionada
“plutocracia internacional”. Entre otras cosas, Quigley revela:
“El
Poder del capitalismo financiero tiene un objetivo trascendental, nada menos
que crear un sistema de control financiero mundial en manos privadas capaz
de dominar el sistema político de cada país y la economía del mundo como
un todo. Este sistema ha estado controlado de un modo feudal por los Bancos
Centrales del mundo actuando concertadamente y por acuerdos secretos, a los
que se llegan en reuniones privadas y conferencias. Cada Banco Central buscó
dominar a su Gobierno mediante la habilidad para controlar los préstamos al
Tesoro del Estado (Hacienda), para manipular el mercado de cambios, en la
determinación del nivel de la actividad económica del país y en influir
sobre los políticos colaboracionistas mediante recompensas posteriores en
el mundo de los negocios. La cúspide del sistema ha sido el Banco de Pagos
Internacionales (BIS: Bank
of International Settlements) de Basilea, Suiza; un banco de
propiedad privada y controlado por los Bancos Centrales del mundo, que también
son corporaciones privadas” (Pág. 324).
3.
El “imperialismo internacional del dinero” como nueva categoría
política
Para
sorpresa de muchos, lo que Carroll Quigley describe en términos prácticos
en 1966, fue clara y valientemente anticipado en 1931, casi como una visión
profética de la actual “globalización”, por el Papa Pío
XI en su Carta Encíclica Quadragesimo
Anno (4).
En ella se define una nueva categoría política: el “imperialismo
internacional del
dinero”, el cual surge como consecuencia de una serie de
hechos y prácticas observables en la vida política y económica de los
pueblos, cuyas características esenciales pueden reducirse a las siguientes
notas desarrolladas en la Encíclica:
Ø
Que
la concentración de enormes riquezas y de dinero en pocas manos, dio lugar
al surgimiento de un Poder a escala universal
(internacional
o mundial).
Ø
Que
dicho Poder controla toda la economía, fundamentalmente el crédito: “que
es como decir: la sangre de que vive toda la economía”.
Ø
Que
el referido Poder es ejercido en forma arbitraria, tiránica o dictatorial.
Ø
Que,
a su vez, el mencionado Poder ha originado:
·
La
lucha por la hegemonía económica mundial,
·
El
servilismo o esclavitud de los poderes públicos o del
Estado a los intereses de grupo, que
no es otra cosa que indicar el dominio que ejercen los grupos que concentran
la riqueza sobre el Estado o los organismos del mismo.
·
La
lucha por el predominio entre los diferentes estados
·
La
dictadura económica
Posteriormente,
JUAN XXIII en
1961 (Mater et Magistra) y PAULO
VI en
1973
(Populorum
Progressio),
respectivamente, reiteran con las mismas palabras la existencia del “imperialismo
internacional del dinero”.
Lo
que pocos perciben de esta definición realizada por los Santos Padres, es
que la existencia del “imperialismo
internacional del dinero” no está atada ni se identifica con
ningún Estado, Potencia o Poder Nacional. Por lo que debe entendérselo
como un Poder y una entidad distinta al de las naciones y ajeno a la
estructura de un Estado en particular, dado que su esencia radica en la
extraordinaria concentración de riquezas y de dinero, y no en los factores
o elementos tradicionalmente constitutivos de un Estado (territorio, población,
fuerzas armadas, jurisdicción judicial, moneda, etc.). Esto queda explícitamente
aclarado, cuando Pío XI expresa que ese imperialismo tiene su asentamiento “…donde
el bien, allí la patria”.
4.
El Estado y el poder político al servicio o usurpado por el “Poder
del dinero”
El
Poder
del Dinero o “imperialismo internacional del dinero” es
radicalmente distinto al poder y a la existencia de los Estados
Nacionales o a los imperialismos nacionales. Ello no
quiere decir que el primero no opere a través de los Estados Nacionales o
del poder político. Precisamente, la Encíclica nos advierte sobre la
existencia de Estados subordinados, dominados, serviles o simplemente
usurpados por el Poder
del Dinero. Lo que pudo ser considerado una formulación teórica en
el momento que se denunció (1931) – inclusive para algunos sectores de la
Iglesia que la ignoran- setenta años después es una realidad operante del
poder.
Es
así como en la actualidad estamos asistimos a una aparente lucha de estados
nacionales entre sí, detrás de la cual se escudan los reales contendores:
los grupos o facciones económicas-financieras que utilizan y dominan a las
naciones para obtener el predominio mundial y asegurar la concentración de
las riquezas en muy pocas manos (privadas), cuestión que no reconoce
antecedentes similares en la Historia Universal.
La
lógica del razonamiento de los Santos Padres sobre el tema, no necesita de
ningún aval para ser sostenida, pero si alguien tuviese aún alguna duda,
nada más pertinente para demostrar la subordinación de los poderes políticos
al poder dinero, que la de un contradictor absoluto de todo lo religioso.
Carlos Marx afirmaba en 1841, por única vez (nunca más volverá a tratar
esta cuestión): “La contradicción existente entre el poder político
práctico del judío y sus derechos políticos, es la contradicción
entre la política y el poder del dinero, en general. Mientras que la
primera (la política) predomina en términos ideales sobre el
segundo (el poder del dinero), en la práctica se convierte en sierva
suya.” (5) (El subrayado y los términos entre paréntesis son
agregados por el subscripto).
No
entender este aspecto, es no comprender lo que ha sido una de las características
del Siglo XX, en lo que hace a la naturaleza, a la conformación y a la
lucha por el poder hegemónico a escala mundial. En consecuencia, poco o
nada se podrá comprender de la próxima guerra contra IRAK, si se desconoce
la lucha entre facciones en el seno del Poder Mundial. Ello no implica
que sus diferencias se deban a que encarnan proyectos mundialistas
distintos, sino que están disputando la hegemonía dentro de la cúpula o
del directorio que hasta no hace mucho tiempo, probablemente, poseía una
conducción colectiva, donde las más trascendentes decisiones seguramente
se adoptarían por consenso.
5.
Conclusiones
a.
El “dinero”, a través de un proceso de varios
siglos, se ha convertido en “poder”.
b.
El “Poder del Dinero” ha subordinado o usurpado el
“poder político”, colocando al Estado a su servicio. El medio
determinante de esta conversión, resulta obvio y no necesita demostración,
es la “corrupción”, facilitada e inducida por la pérdida
de valores y por el relativismo moral que progresivamente ha ido dominando a
los pueblos.
c.
Las funciones del “dinero” en cuanto medio de
cambio, medida de valor y medio de atesoramiento – y que constituyen el
paradigma tradicional- han pasado a ser funciones secundarias. En la
actualidad, el “dinero” es esencial y principalmente un “instrumento
o medio de poder”.
d.
El nuevo y real paradigma del “dinero”, en cuanto “instrumento
o medio de poder”, se mantiene oculto al conocimiento de los
pueblos, mediante la acción de un gigantesco sistema o aparato de
propaganda y educativo que opera con esa finalidad.
e.
Dado
que el fundamento del Poder Mundial esta dado principalmente por la “acumulación
de dinero y de riquezas” en pocas manos y en “forma
ilimitada o infinita”, determina que su naturaleza coincida con
una de las características esenciales del “poder”, su
tendencia insuperable e irresistible hacia la “unidad” –frente
a la avaricia, a la codicia y a la ambición de poder, propio de la
naturaleza caída del hombre-. Es decir, que sea “uno” el que
finalmente concentre toda la riqueza y “uno” el que mande.
Referencias:
(1)
Completamiento y reelaboración del artículo “Irak y el
Poder mundial” (2da Parte), que fue publicado en Patria Argentina
Nº 183; Febrero de 2002; Pág. 4 y 5;
debido a que por falta de recursos económicos – imposibilidad de
imprimir más páginas- no pudo ser editado en su forma original. Al mismo
tiempo modificamos el título con que fue dado a conocer inicialmente, ya
que lo hemos elaborado más como una aclaración complementaria de la 1ra
Parte (2) – por las razones que explicamos en su contenido- antes que una
continuación de la misma.
(2)
Santiago Roque Alonso; “Irak y el Poder mundial”
(1ra Parte); Patria Argentina; Octubre de 2002; Nº 179; Pág. 8.
(3)
Carroll
Quigley; “Tragedy and Hope”; Macmillan; 1966; NY, Pág
324. Esta
obra fue editada una única vez. Ha sido denominada en muchos círculos
anglosajones como la “biblia de la globalización”.
(4)
Doctrina
Pontificia - Documentos Sociales; BAC; Madrid; 1964.
(5) Carlos Marx; “El Marxismo y la Cuestión Judía” (El Pueblo Judío en la Historia); Ed. Plus Ultra; Buenos Aires; 1965; Pág (s). 9 a 44.
Segunda Parte
LA
VERDADERA HIPOTESIS SOBRE
LA
GUERRA CONTRA IRAK
1.
Introducción y enunciado
El
estudio de las guerras en cuanto fenómeno social y político
obliga, en un primer paso, a identificar y separar las causas aparentes
de las reales o verdaderas. Las primeras, normalmente, son las
esgrimidas oficialmente por el agresor, difundidas por la propaganda y la
acción psicológica y se justifican en grandes ideales humanitarios, de
justicia y de razonabilidad. Las causas reales o verdaderas
deben ser desentrañadas de entre el fárrago de informaciones, de hechos y
de mentiras.
Desde
nuestra perspectiva, las “causas reales o verdaderas” para
justificar una guerra preventiva por parte de los Estados Unidos y derrocar
a Sadam Hussein, giran alrededor del EURO, la divisa de la Unión
Europea y, más precisamente, parten del supuesto de su eventual adopción
como moneda de pagos internacionales. Esta interpretación
pareciera que está siendo auto censurada por los medios de comunicación de
los Estados Unidos e Inglaterra – a pesar de que por Internet se difunden
varios estudios que tratan esta posibilidad – y por otro lado, constituye
casi un "secreto de estado" para dichos gobiernos, ya que lo
ignoran absolutamente (1). Tampoco lo enuncian los organizadores de
las multitudinarias marchas contra la guerra, que se realizan en todo el
mundo en estos días.
De
la visión de la clase dominante angloamericana (particularmente el complejo
industrial-militar, la Reserva Federal, el Banco de Inglaterra, empresas
petroleras, etc.), sobre el rol de los hidrocarburos en el ámbito estratégico
y la amenaza que representa el EURO respecto al DÓLAR, podrían
deducirse:
Ø
Que su intención
primaria sería prevenir que - en un futuro inmediato- la OPEC
pueda adoptar al euro como moneda estándar de cotización y de
transacción del petróleo. (1) (2)
Ø
Que secundariamente,
buscaría la disolución del cartel petrolero de la OPEC. Para alcanzar ese
objetivo, controlaría en forma directa la producción petrolera de Irak -
mediante su ocupación y ejercicio de un gobierno militar inicial, para
luego formar un gobierno títere- con la finalidad de incrementar en exceso
su producción, en una proporción superior a la cuota establecida por la
OPEC (cuya política es limitar la producción para maximizar el precio). De
esta forma obligaría a bajar los precios del petróleo y, consecuentemente,
a desmantelar el control de precios que ejerce dicha organización desde
1973. Es decir, disolvería la estructura orgánica-funcional ideada por la
misma clase angloamericana, como una de las consecuencias de la planeada
guerra de Yom Kippur, para que se decretara el embargo petrolero, subiera su
precio hasta el 400% y luego se reciclaran los “petrodólares” a los
bancos de Nueva York y Londres, para ser prestados a los países
subdesarrollados (3) (4).
Existen,
también, otras hipótesis para determinar las causas reales o verdaderas
del conflicto que se avecina, las cuales colusionan o complementan las señaladas
anteriormente. Están relacionadas con la existencia y la continuidad del Estado
de Israel, su permanente conflicto con los Palestinos y otros
estados árabes e islámicos, lo que es motivo de otro estudio.
2.
La hegemonía del DÓLAR como “moneda de pagos internacionales”
a.
El
Tratado de Bretton Woods, en 1945, convirtió a los Estados Unidos en los únicos
beneficiados del mundo, por el cual - detentando el monopolio de la emisión
del dólar- se arrogaron el derecho de
imponerlo como la única moneda de pagos internacionales.
Esto significa que en su condición de emisor del dólar pueden comprar en
todo el mundo, mientras que cualquier otra moneda sirve relativamente o muy
poco fuera de su respectivo país. Asimismo, con el dólar se puede comprar
cualquier otra moneda, pero difícilmente se pueda hacer lo contrario fuera
del propio país. Es el gobierno de cada país el que debe obtener los dólares
–a través de sus exportaciones (entregando bienes concretos) o bien
tomando préstamos en dicha
moneda- y luego venderlos a sus propios ciudadanos contra su propia moneda,
pero solamente hasta el punto donde lo permitan las Reservas de dólares que
debe mantener en calidad de respaldo (supuesto o virtual).
b.
Por
otro lado, las naciones se comprometieron a emitir sus respectivas monedas
en función del equivalente de las “reservas de dólares” que los Bancos
Centrales disponían inmovilizadas – en calidad de respaldo- y depositadas
en los bancos de los Estado Unidos. (5)
c.
Los
emisores de dólares tienen, entonces, un excelente y privilegiado negocio,
ya que pueden comprar de todo en cualquier lugar del mundo sin que le cueste
nada. En efecto, el dólar es hoy un papel moneda fiduciario, sin ningún
tipo de respaldo material (6).
d.
En
este punto es necesario hacer una aclaración fundamental para no vivir las
permanentes confusiones de liberales, marxistas, izquierdistas,
progresistas, socialdemócratas, políticos ignorantes y otros. El que emite
o imprime dólares no son el Estado Norteamericano ni el Gobierno de los
Estados Unidos, sino un monopolio de banqueros privados propietarios de la
Reserva Federal, que es un Banco Central absolutamente privado (sus
propietarios son, en su mayoría, familias de banqueros europeos).
(7)
e.
La
amenaza de establecer al euro
como moneda de pagos internacional y para nominar el precio
del petróleo, ya fue experimentada tímidamente por los árabes
con otras monedas, a partir de 1985. Comenzaron a vender petróleo,
casi un 30% de su producción, en marcos a los alemanes y en yenes
a los japoneses. Eso implicó que los alemanes y japoneses
comenzaran a comprar gratis el petróleo y, al mismo tiempo, a necesitar
menos dólares, por lo que esta divisa comenzó a disminuir su cotización
respecto a las otras dos monedas. Es decir, el dólar comenzó a perder
valor y aumentó el de las otras monedas. De haber continuado esta
tendencia, los árabes habrían terminado por rechazar el dólar, actitud
que podría haber sido imitado por otros países, como por ejemplo la
Argentina en la venta de alimentos. Esta situación, obviamente, perjudicaba
a los emisores de dólares (Reserva Federal) y, consecuentemente, a la
estructura económica de los Estados Unidos, que podría haberse derrumbado
si no se hubiese encontrado otra forma más racional de pagos
internacionales. (8)
f.
El
gobierno norteamericano, cuyos funcionarios dependen de Wall Street y
de la Reserva Federal, porque son elegidos con el dinero que aportan
éstos para las campañas electorales y los amenazan con maniobras
financieras, se hizo eco de la grave amenaza e indujo a Irak a
provocar una guerra que le permitiese a los Estados Unidos invadir la zona,
realizar una acción ejemplarizadora contra el país “infractor”,
mantener su presencia militar en la región y obligar a todos los países
del Golfo a continuar vendiendo su producción de petróleo contra dólares.
De esta forma, volvió el orden en el sistema monetario internacional, orden
al cual el Presidente Bush (padre del actual presidente), denominó Nuevo
Orden Internacional, alejando definitivamente la posibilidad de que
cualquier otra moneda pudiese desalojar al dólar de su exclusiva y
excluyente condición de moneda de pagos internacional, como
lo había sido el oro antes de la II GM. Esta
situación se mantuvo hasta el año 2000. (8)
g.
Caído
el Muro de Berlín, desintegrada la Unión Soviética, finalizada la Guerra
Fría y destruido Irak, el Departamento de Defensa de los Estados Unidos
produjo el documento secreto: “Criterios para la Planificación
Estratégica”, que fue filtrado al New York Times y publicado el 8
de marzo de 1992 (9), donde se reflejan los objetivos políticos y
estratégicos del denominado complejo industrial-militar y de algunos
sectores afines del establishment norteamericano. Expresa claramente que la
meta principal en los próximos años será “impedir la aparición
de un nuevo rival que ocupe el lugar de la ex URSS o represente cualquier
otro desafío. En este sentido, el gobierno de los EE.UU. debe prevenir
cualquier desafío que emerja de Europa Occidental, Asia o de las repúblicas
de la extinta Unión Soviética”. En otro pasaje, afirma que los
Estados Unidos deben “desalentar a otras naciones avanzadas
industrializadas para que no desafíen nuestro liderazgo ni traten de
subvertir el orden económico y político establecido”. En
ese entonces el Secretario de Estado de Defensa era Richard Cheeney
(actual Vicepresidente) y el que dirigió su elaboración Paul Wolfowitz
(ahora ocupa el segundo rango después del Secretario de Estado) (10).
3.
El
EURO como alternativa del DÓLAR y los imperativos geopolíticos de EE.UU.
Ø
EE.UU.:
280 millones de habitantes y U$S 10,5 trillones de PBI.
Ø
UE:
450 millones de habitantes y U$S 9,6 trillones de PBI.
4.
Efectos
de la aparición de una “moneda de pagos internacionales” distinta al DÓLAR
a.
El
efecto de la migración de la OPEC al euro, residiría en que todas los países
consumidores de su petróleo deberían desprenderse de los dólares que
mantienen en reserva en sus bancos centrales, y reemplazarlos por euros. De
consumarse esta acción, el dólar caería entre un 20/40 % de su valor y
sus consecuencias serían equivalentes al colapso de cualquier moneda y a un
proceso inflacionario galopante (equivalente a la devaluación Argentina),
que es típico de los escenarios de crisis económica de los países del
tercer mundo. (1)
b.
De
producirse el supuesto anterior, no significará que la economía
norteamericana dejará de funcionar, pero lo ideal sería que fuese
implementado un proceso de transición gradual para evitar el dislocamiento
y la quiebra económica (una corrida bancaria generalizada, a escala
mundial, sería la primera manifestación). Esto se debe a que la economía
de los Estados Unidos se encuentra íntimamente ligada al dólar, en su rol
de divisa de reserva de casi todos los bancos centrales del mundo.
c.
Finalmente,
el dólar posee tres ventajas sobre cualquier otra divisa: (16)
Ø
Desde
1945, se ha convertido en la divisa de reserva internacional (2/3 de las
reservas mundiales totales estarían nominadas en dólares);
Ø
Se
impuso como moneda fiduciaria para las transacciones internacionales de petróleo
y para casi todas las del comercio internacional (4/5 de las transacciones
de cambio y la ½ de las exportaciones mundiales);
Ø
Se
transformó en un instrumento monetario internacional controlado
exclusivamente por los Estados Unidos y que sólo los Estados Unidos pueden
imprimir.
d.
Como
consecuencia de lo señalado anteriormente, los países compiten con sus
exportaciones para capturar dólares para (17):
Ø
Pagar
sus deudas nacionales - también nominadas en dólares- originadas con los
préstamos de “petrodólares” que los países productores
de petróleo depositaban en los bancos internacionales de Nueva York y
Londres a partir de 1973, operación que Henry Kissinger denominó con el
eufemismo de “reciclaje de los flujos de petrodólares”
(3) (4) . Dicho reciclaje finalmente terminaba en generosos préstamos
a las naciones del Tercer Mundo, los que pocos años después degenerarían
en la tragedia del endeudamiento externo.
Ø
Acumular
en los bancos centrales reservas en dólares para sostener el valor de las
monedas nacionales, manteniendo una correspondencia estable con el
circulante, y evitar ataques especulativos contra las mismas.
5.
Conclusión
a.
Estados Unidos ejerce su dominación sobre los países,
principalmente, a través de su moneda. En función de la fortaleza o
superioridad del dólar sobre cualquier otra moneda, convertida en “moneda
de pagos internacional”. Esto es lo que le permite a los EE.UU.
casi monopolizar – en forma indirecta- el comercio mundial.
b.
El comercio internacional es un juego en el cual los EE.UU.
producen dólares (papel moneda fiduciaria, sin respaldo de ningún
tipo, igual que el euro) y el resto del mundo produce bienes
que se pueden comprar casi exclusivamente con dólares.
c.
La fortaleza del dólar deriva de las tres ventajas enunciadas
anteriormente respecto a otras monedas; del monopolio discrecional de su
impresión como moneda fiduciaria por parte de los Estados Unidos y al
chaleco de fuerza que representa dicha moneda para todos los países del
mundo, en la medida que constituye la única moneda de reserva y de pagos
internacional (de las transacciones comerciales y de las deudas).
d.
Cualquier intento que se haga de eludir o reemplazar al dólar como “moneda
de pago internacional” se enfrentará a una intervención militar
directa de los Estados Unidos o a acciones encubiertas desarrolladas por sus
servicios de inteligencia.
e.
La guerra que los EE.UU. emprenderían contra Irak, nada tiene que
ver con la fabricación de “armas de destrucción masiva”
ni con su tenencia ni con la amenaza de su uso por Sadam Hussein. Tampoco
tiene relación con la “red terrorista Al Queda”.
Cualquier otra consideración o causa que se busque para la guerra contra
Irak, al margen de la adopción de una divisa de reserva distinta del dólar,
el control de los activos petroleros de Arabia Saudita, Irak e Irán y la
eliminación del cartel de la OPEC es periférica y marginal (17).
f.
Finalmente, es preciso reiterar que el emisor del dólar no son los
Estados Unidos ni el Gobierno Norteamericano, sino la Reserva Federal, un
Banco Central exclusivamente privado que -de hecho y debido a los
imperativos geopolíticos del poder militar hegemónico de los EE.UU.- se ha
convertido en el Banco Central Mundial.
g.
El emisor del dólar – la Reserva Federal- utiliza al pueblo de los
Estados Unidos, particularmente a sus fuerzas armadas, como el brazo armado
para la defensa de sus privilegios.
h.
La primera potencia mundial y hegemónica no son los EE.UU. - como
quiere hacernos creer los marxistas, izquierdistas y progresistas, para
desviar la atención respecto a quienes son los reales y verdaderos
detentores del Poder Mundial- sino la Banca de Wall Street, dueña de la
Reserva Federal, a la cual están subordinados los políticos que
accidentalmente se turnan en el Gobierno de los Estados Unidos.
i.
El euro es también una moneda fiduciaria, sin
respaldo, y en nada se diferencia respecto al origen y la naturaleza del dólar,
excepto que es emitido por otro emisor: el Banco Central Europeo,
equivalente a la Reserva Federal Norteamericana.
Referencias:
(1)
W. Clark; “THE REAL REASONS FOR THE
UPCOMING WAR IN IRAQ: A Macroeconomic and Geostrategic Analysis of the
Unspoken Truth;
http://www.sierratimes.com/03/02/07/arpubwc020703.htm.
(2)
Peter Dale Scott;
“Bush's deep reasons for war on Iraq: oil, petrodollars, and the OPEC
EURO question”; http://ist-socrates.berkeley.edu/~pdscott/iraq.html.
(3)
William
Engdahl; “A
Century of War”;
Böttiger Verlags-GmbH; Germany. En
el Capítulo 9, “¿Who
really made the 1970’s oil
shoks?, Pág 150,
señala:
“El
6 de octubre de 1973 Egipto y Siria invadieron Israel, iniciando lo que
comenzó a llamarse la guerra de “Yom Kippur”. Contrariamente a lo que
cree la gente, la guerra de “Yom Kippur” no fue el resultado de un error
de cálculo, de un simple tropezón, o de la decisión árabe de lanzar un
ataque contra el Estado de Israel. La constelación entera de eventos que
rodearon el inicio de la guerra fue secretamente orquestado desde Washington
y Londres, utilizando los poderosos y secretos canales diplomáticos
desarrollados para tal fin por el Secretario de Estado de Nixon, Henry
Kissinger” y continúa con la descripción de esta guerra orquestada para
provocar el “embargo petrolero”, el incremento de su precio en un 400%,
la colocación de los “petrodólares” excedentes en los bancos
previamente seleccionados para, finalmente, ser prestados a las naciones del
Tercer Mundo, sometiéndolas mediante su endeudamiento perpetuo a la
esclavitud que padecen actualmente.
(4)
David
E. Spiro, The Hidden Hand of
American Hegemony: Petrodollar Recycling and International Markets
(Ithaca: Cornell UP, 1999): “En 1974 (el Secretario del Tesoro) William
Simon negoció un acuerdo secreto de forma tal que el Banco Central de
Arabia Saudita podría comprar títulos del Tesoro de los EE.UU. por fuera
de las normas del mercado. Unos pocos años después, otro Secretario del
Tesoro – Michael Blumenthal- logró un convenio secreto con los sauditas
para que la OPEC continuara fijando el precio del petróleo en dólares.
Dichos acuerdos fueron secretos porque los Estados Unidos habían prometido
a otras democracias industrializadas que no perseguiría políticas
unilaterales de este tipo”. Citado por Peter
Dale Scott, en el Capítulo 2 de
“Drugs, Oil, and War”; http://ist-socrates.berkeley.edu/~pdscott/iraq.html.
(5)
Alejandro Rebolledo SCH
; “El tratado secreto de Maastrich”;Ed.
Ecopax; Valladolid; España.
(6)
Hasta
el 15 de agosto de 1971 el dólar mantuvo el respaldo oro (U$S 32,00 por
onza). En dicha fecha el Presidente Richard Nixon firmó una orden ejecutiva
por el cual, en lo sucesivo, el dólar no sería redimible por oro. El carácter
fiduciario (FE, confianza) de la moneda, se basa en la sola confianza del
usuario en la economía del país que la emite. Griffin,
Edward G. ; “The Creatura from the Jekyll Island”;
American Opinion Publishing; EE.UU.; 1995.
(7)
Griffin, Edward G. ; “The Creatura
from the Jekyll Island”; American Opinion Publishing; EE.UU.;
1995.
(8)
Alejandro Rebolledo SCH; “La
mano invisible”;
3ra Parte, Juegos de Estrategia;
(9)
The New
York Times; “U.S.
Strategy Plan Calls for Insuring No Rivals Develop”;
8 de marzo de 1992; Pág 1 y 14. Ver
también: Clarín; “EE.UU.
no quiere perder su hegemonía”;
9 de marzo de 1992; Pág. 24.
(10)
Emmanuel
Ratier; “Una camarilla sionista detrás de la política
Norteamericana en Medio Oriente”; Patria Argentina; Junio
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